Mediante sesiones de agroterapia, los niños tienen contacto directo con la naturaleza, lo que es sumamente efectivo porque el individuo puede expresarse con mayor libertad
(Agraria.pe) Para para un niño cualquiera hundir las manos en la tierra, jugar y ensuciarse con ella son experiencias comunes, pero para pacientes de autismo son acciones muy difíciles de realizar debido a su connotada sensibilidad sensorial.
Sin embargo, en el ambiente apropiado y con la guía correcta, ese juego con un elemento natural puede resultar en una grata y útil experiencia terapéutica. Agroterapia es el término utilizado para bautizar esta forma de enseñar a los pacientes, destrezas de comunicación y conducta mientras siembran al aire libre.
“Los niños con autismo le tienen manía a tocar ciertas cosas. Parte de la terapia es manipular la tierra, que se le quite esa aversión, al tiempo que trabajamos otras áreas”, explica el doctor Nicolás Linares, director del Instituto Filius de la Universidad de Puerto Rico.
A través de estas innovadoras sesiones de agroterapia, los niños, quienes antes recibían tratamiento en oficinas usando materiales artificiales, tienen contacto directo con la naturaleza.
“La terapia en ambientes naturales es efectiva porque el individuo puede expresarse con mayor libertad, sin los estresores que pueden estar asociados con el ambiente de oficina”, indica la doctora Melissa Bezares, psicóloga clínica que participa de un proyecto relacionado a la agroterapia, que está siendo desarrollado en Puerto Rico.
Asimismo, se informó que este país centroamericano, también hay planes de poner en marcha un proyecto similar pero con pacientes en las primeras etapas de Alzheimer. “Hay que sacar a los ancianos de los hogares y ponerlos a hacer actividades psicomotoras”, indicó el doctor Linares.
Fuente: Elnuevodia.com
