07 septiembre 2018 | 09:45 am Por: Edwin Ramos | prensa@agraria.pe

Ciencia y alimentación

APEC: Hay que dejar que los alimentos genéticamente modificados mejoren la vida de agricultores y consumidores

APEC: Hay que dejar que los alimentos genéticamente modificados mejoren la vida de agricultores y consumidores

Especialistas convocados en foro sobre políticas relacionadas a la ciencia alimentaria  consideran que es frustrante ver cómo a pesar de los muchos beneficios de la biotecnología, el público no confía en estos avances que facilitarían el ingreso de auténticos superalimentos a los mercados. Ya hay avances en cerdos, pollos, vacas y peces que se encuentran en el limbo regulatorio.

(Agraria.pe) Este año, el Foro de Cooperación Asia Pacífico (APEC, por sus siglas en inglés) tendrá su reunión de líderes en noviembre. La cita, a la que acudirá el presidente peruano Martín Vizcarra como parte del conglomerado, se desarrollará en Papua Nueva Guinea. 

Tal como sucedió en ediciones anteriores, diversos foros sobre temas que atañen al devenir de las economías miembros de este grupo se han ido desarrollando previamente, destacando la reciente sobre políticas de biotecnología que abogó por quitar los prejuicios que impiden que los alimentos genéticamente modificados alcancen a los mercados. 

A continuación ofrecemos la traducción de las principales ideas de esa jornada compartidas en el boletín oficial de APEC en un texto titulado “Let sciencie make food better” (Dejemos que la ciencia mejore la comida): 

A pesar de sus muchos beneficios, los alimentos modificados genéticamente cuentan  con poca confianza. Las economías de APEC están trabajando para cambiar esa realidad y contar con más de estos superalimentos en el mercado. 

Desde cerdos y pollos resistentes a enfermedades hasta peces de rápido crecimiento, los animales modificados genéticamente podrían revolucionar áreas enteras de la agricultura animal, de acuerdo a científicos e investigadores genéticos. 

Pero casi no hay animales con fines alimenticios que lleguen a los mercados, a pesar de los numerosos avances científicos. En tanto que la confianza del público en organismos modificados genéticamente es baja en algunas economías, los expertos dicen que los marcos regulatorios divergentes en este campo están además dificultando la introducción de modernas biotecnologías que tienen el potencial de hacer frente a problemas como las enfermedades en los animales. 

La doctora Alison Van Eenennaam de la Universidad de California, Davis, apuntó a las varias definiciones de OGM (organismos genéticamente modificados) entre las economías de todo el mudo como una de las mayores dificultades. Los productos clasificados como OGM son regulados bajo estrictos parámetros, y esto puede llevar a diferencias regulatorias.  

“La biotecnología moderna no tiene una definición precisa”, dijo Van Eenennaam, una autoridad mundial en ingeniería genética de animales. “Muchas economías miembros de APEC tienen diferentes aproximaciones sobre qué y cómo regular los OGM, y así es como todo se complica”, sostuvo. 

La doctora Van Eennaam habló en la edición 17 del Diálogo de Alto Nivel sobre Políticas en Biotecnología Agrícola recientemente realizado en Puerto Moresby (Papúa Nueva Guinea). Uno de los objetivos del grupo es identificar formas de promover mayores niveles de eficiencia y alineamiento en las regulaciones de los países.

Los funcionarios de seguridad alimenticia de las economías de APEC están desarrollando los marcos regulatorios, facilitando la transferencia tecnológica e impulsando la inversión en biotecnología. 

También están trabajando en la promoción de transparencia, regulación funcional y basada en criterios científicos de las innovaciones biotecnológicas. Este trabajo comprende incrementar el entendimiento de las nuevas técnicas agrícolas y de cultivo, promoviendo actividades donde se comparta la información y ensanchando el conocimiento científico entre los hacedores de políticas y reguladores. 

Incrementar la confianza del público en los productos y procesos de biotecnología agrícola es muy relevante en la agenda. La comunicación efectiva de ciencia es vista como prioritaria para hacer que el público entienda los beneficios potenciales de la biotecnología, que están atados a la aceptación de estas innovaciones que son revisadas entre los procesos reguladores del Gobierno. 

“Aunque los productos de la biotecnología están sujetos a un extensivo escrutinio y revisión, el público no suele estar al tanto de este escrutinio y descree de los motivos de los desarrolladores del sector privado”, dijo el doctor Carl Ramage de Rautaki Solution en Australia, que tiene un compromiso con APEC para actualizar un estudio de base sobre las diferentes regulaciones entre las economías miembros en biotecnología agrícola.

Como parte de este trabajo, Ramage ha estado estudiando los resultados de un proyecto entre Food Standards Australia New Zealand y Health Canadá (autoridades regulatorias de normas alimentarias en dichos territorios) para explorar caminos que permitan la mejora de eficiencia y sincronización de evaluaciones de seguridad para alimentos genéticamente modificados. 

La biotecnología no es un tema nuevo. El cruce selectivo para crear variedades más útiles de plantas y animales es una forma de biotecnología que los campesinos, científicos y otros han usado por miles de años. Millones de hectáreas de plantas genéticamente modificadas han sido introducidas en todo el mundo para incrementar el rendimiento de los cultivos, reducir la necesidad de pesticidas e impulsar su resistencia a enfermedades, lo que a su vez incrementa la seguridad alimentaria de una población mundial en crecimiento. 

Pero los animales alterados genéticamente, y más recientemente editados genéticamente, no han encontrado la forma de ingresar a los mercados. La edición genética ofrece a los criadores de animales la oportunidad de introducir alteraciones que apaguen genes que eliminen rasgos indeseados. 

Quienes se oponen citan el peligro para los humanos de estos animales genéticamente modificados, junto con consideraciones religiosas y de derechos de los animales, entre otros. También están quienes se preocupan por el bienestar de los animales a partir del dolor o incomodidad que los cambios podrían ocasionar. 

Pero la doctora Van Eenenaam dijo que décadas de data científica muestran que no hay riesgo para la salud humana, y más bien se podría ayudar a reducir la muerte de los animales por enfermedades. Citó un descubrimiento de científicos que lograron activar un gen en cerdos que los hace más resistentes al virus porcino reproductivo y respiratorio, una enfermedad que se estima cuesta a los agricultores billones de dólares en pérdidas de ganado y merma de productividad anual. 

Científicos del Instituto Roslin en Escocia también están trabajando en pollos genéticamente modificados que contienen un gen extra que interrumpe la transmisión de gripe aviar –un patógeno que golpeó a la región APEC en el 2002. Además, investigadores en Estados Unidos desarrollaron un tipo de vaca lechera genéticamente modificada resistente a la mastitis, una infección dolorosa que se desarrolla en los conductos mamarios. 

Las autoridades canadienses han aprobado el único alimento animal que ha logrado alcanzar el mercado a la fecha; se trata de un salmón de rápido crecimiento. Está desarrollado con ingeniería para alcanzar una medida de mercado en 18 meses, la mitad del tiempo que le toma al salmón atlántico convencional. El salmón es criado en tanques en tierra y ha sido aprobado para la venta a los consumidores canadienses. En agosto de 2017 cumplió dos años en el mercado y logró ventas por 4.5 toneladas, pero esto solo luego de pasar 25 años en un limbo regulatorio. 

La doctora Van Eenennam dijo que le gustaría una aproximación regulatoria más compatible entre las economías sobre las innovaciones en biotecnología. Espera que eventualmente vea algunas en el mercado y se introduzcan a través de las fronteras, lo que no siempre sucede. 

Por ejemplo, el impulso regulatorio para una evaluación de alimentos modificados genéticamente en algunos países se basa en el proceso a través del cual el producto es desarrollado (como el uso de tecnología genética), mientras que en otras economías el enfoque está en el riesgo potencial del producto por sí mismo.

“Eso es lo más frustrante desde un punto de vista científico. Tenemos toda esta gama maravillosa de soluciones genéticas para enfrentar problemas reales, pero estamos lejos aún de llegar con estos productos a los agricultores y finalmente a los consumidores”, cerró.   

Más de: Negocios