19 julio 2023 | 09:42 am Por: Edwin Ramos | prensa@agraria.pe

Sostuvo Ulises Ororio, agroclimatólogo y docente de la UNALM

Un raro evento por encima de El Niño o La Niña puede estar ocasionando las anomalías climáticas que afectan a los cultivos

Un raro evento por encima de El Niño o La Niña puede estar ocasionando las anomalías climáticas que afectan a los cultivos
Se trataría de un evento troposférico que ya sucedió entre 1976 y 1980, caracterizado por vientos caóticos y alteración del vórtice que regula el clima frente a la costa, ocasionando un clima cambiante que genera la aparición de plagas y cambios fisiológicos en los cultivos.

(Agraria.pe) Son varias las señales que desconciertan a los productores con respecto al clima, y los pronósticos están abiertos. Pero es de resaltar que un cultivo como el arándano, que no solía afectarse con estas coyunturas, sí está siendo alcanzado esta vez, impactando en lo que será su rendimento, calidad y calibre.

La alerta la da Ulises Osorio, agroclimátologo y docente de la Universidad Nacional Agraria La Molina (UNALM), para quien la anomalía climática que estamos empezando a ver supera a los fenómenos de El Niño o La Niña, ya que se trataría de un evento troposférico que se superpone a los otros y que se ha vivido por última vez en años ya lejanos como 1976 y 1980.

“Esto hace que se modifique el patrón climático usual al que estamos acostumbrados, que es de un Niño, Niña o año neutro. Esta vez vienen con algo más, que los hombres del campo conocen como los Años de San Andrés, que se caracterizan por ser caóticamente ventosos con muchos remolinos, elemento determinante para provocar las alteraciones en la dinámica de plagas, enfermedades y alteraciones fisiológicas, provocando daños a todos los cultivos”, dice.  

El especialista recuerda que en febrero pasado el mar empezó a calentarse y el cambio de presión a la baja ocasionó la ocurrencia del ciclón Yaku. Todo esto provocado desde el vórtice central que se encuentra en el mar a 100 kilómetros de las costas de Lima e Ica y que, en las condiciones actuales, se pega a la costa y provoca los cielos despejados y se acompaña de aceleramiento en el patrón de vientos, un evento que sucede pocas veces durante un siglo y afecta  no solamente al Perú, sino que sus derivaciones pueden alcanzar a otras regiones del sur continental como Argentina y Uruguay con sequías.

Son estos vientos los que ocasionan las alteraciones térmicas y que males como la Prodiplosis, que no debería presentarse en esta temporada, aparezca, así como la Botrytis, la Roya y el Oídio en muchos cultivos. “Es una condición en que tenemos plagas de La Niña y El Niño simultáneamente. Quien siembra papa y no previó la Prodiplosis, fue arrasado por ella; el que sembró maíz y no previó este nivel de presencia de cogolleros, también fue arrasado. Este evento lo vi entre 1976 y 1981, y se está repitiendo. Conocemos ya a los grillos, langostas, moscas, pero luego pueden venir las garraptas y pulgas en verano con esta condición anómala que puede durar de cuatro a cinco años”, advierte.

Osorio discrepa además con quienes pronostican lluvias torrenciales en los meses de verano e inundaciones al nivel de 1983 o 1998, ya que no ve probable hasta hoy que se desarrolle un Niño fuerte. El mar seguirá sin embargo por encima de sus temperaturas normales hasta octubre y noviembre, y en diciembre vendrá el enfriamiento. Es ahora que se debe trabajar en corregir los efectos sobre los cultivos, teniendo en cuenta que algunas plantas pueden no responder al agua aplicada al suelo debido a la humedad relativa por los cielos despejados que el vórtice ocasiona, generando un ambiente seco. Ese factor ha ocasionado también la aparición de la arañita roja, con la que varios agricultores tuvieron dificultades recientemente.

Finalmente, Ulises Osorio pidió más trabajo de información y prevención a las autoridades, especialmente con los pequeños agricultores, quienes, sostuvo, muchas veces sienten desconfianza y no asisten a los talleres. Pero hoy esa labor es fundamental para garantizar la sosteniblidad de la producción ante un evento cambiante y de pronóstico abierto.

 

Etiquetas: Fenomeno El Niño