Es un momento expectante el que vive nuestro país; después de muchos años tenemos un sector gubernamental buscando trabajar articuladamente Ministerio de Agricultura, Ministerio de Comercio Exterior, Ministerio de Ambiente, Ministerio de la Producción, Ministerio de Salud y DEVIDA. Si a esto le sumamos el liderazgo para el desarrollo que están asumiendo algunos gobernadores regionales y la reciente dación de facultades legislativas por parte del congreso al ejecutivo; encontraremos que hay futuro.
Esto último, a pesar de la complicada situación económica con que se ha recibido el gobierno y que ha obligado recientemente a ajustar el marco presupuestal de los ministerios; lo que reducirá en parte los niveles de ejecución de inversión y gasto público 2016.
Hay espacios y oportunidades para que el sector crezca a no menos del 5% anual y se dupliquen las agroexportaciones al 2021, tal como lo ha planteado el Ministro de Agricultura.
Para lograr lo anterior se requiere un rol promotor del Estado mucho más intenso del que ha venido teniendo. Por ejemplo, urge dinamizar nuestro mercado interno y allí se están implementando medidas como promoción del consumo de nuestros productos, promoción comercial y aplanamiento de la intermediación. El Ministerio de Agricultura ha iniciado una campaña de promoción de las legumbres y en forma coincidente y para bien de los productores agropecuarios, los precios mayoristas de las menestras han mejorado.
Sin embargo, no se pudo hacer mucho por la cebolla roja, donde los precios en chacra no justifican siquiera cosechar el producto. La experiencia de la cebolla ha sido el detonante para que el Ministerio de Agricultura decida retomar la importancia del “plan de cultivo y riego” como insumo para implementar un sistema efectivo de información acerca de lo que se va a sembrar en el país, y el privado pueda tomar decisiones sobre riesgos y oportunidades de sembrar tal o cual producto.
Promover el mercado nacional también pasa por mejorar la calidad e inocuidad de nuestros productos. Los altos residuos de insumos son un problema para cualquier país y allí se necesita asegurar la inocuidad en toda la cadena productiva. Pero es difícil para el Estado supervisar todos los comercios, por eso es importante la sensibilización a todo nivel, facilitar sistemas de garantía participativos y dar incentivos de mercado para que exista una mayor valoración de los productos por el comprador y consumidor.
El siguiente reto es mejorar la productividad de los pequeños productores y esto requiere un trabajo fino de gobiernos central, regional y local. Se avanzaría mucho si en cada región existiera una única instancia que articule el trabajo de todas las instituciones públicas y privadas que beneficien al agro. Esto se puede lograr haciendo que el Ministerio de Agricultura tenga un coordinador regional con las competencias suficientes para asegurar un trabajo armonizado en cada departamento y que éste se haga bajo demanda y consenso con la Dirección Regional Agraria.
Mejorar la productividad tiene cuellos de botella estructurales como la infraestructura, servicios públicos y el más importante es la disponibilidad de agua; allí el programa Sierra Azul está siendo priorizado. Lo siguiente es el acceso al crédito y aquí se está reestructurando el fondo AGROPERU para servir de herramienta efectiva que permita reducir el costo financiero a los buenos pagadores. Mediante el uso de coberturas y seguros se puede disminuir el riesgo de la actividad productiva y en consecuencia reducir el costo financiero.
También utilizaremos AGROPERU para generar incentivos para al uso de semillas certificadas. Esto inició este año con la campaña de algodón 2016 - 2017 y la siguiente será la campaña de maíz. Vamos a quitarle la discrecionalidad al uso de los recursos de AGROPERU y establecer mecanismos de eficiencia de colocaciones premiando a los buenos pagadores, dando incentivos tecnológicos, diversificando la canasta productiva y completando el mercado de seguros agropecuarios.
Sobre semillas, el INIA debe convertirse en un gran proveedor de semilla básica y líneas de material genético para que las empresas privadas dinamicen la oferta y adopción de semilla certificada a una escala nunca vista en el Perú. Esto va de la mano con que estamos revalorando la riqueza genética que tenemos con el relanzamiento del Banco de Germoplama y la apertura de los registros de variedades de especies nativas. Ya empezamos esta semana abriendo el registro para nuestras menestras nativas.
También es importante simplificar el ordenamiento tributario legal para la pequeña agricultura. Una propuesta es un impuesto a la renta de 2.5 % sobre las ventas que se retendría en las liquidaciones de compra. El agricultor tendría la facultad de poder recuperar, hasta el 100 % de lo que le retuvieron, presentando las boletas/facturas con que compró sus insumos afectos al IGV (hasta un 18%) llevándolas una vez al año a la SUNAT y sin necesidad de llevar contabilidad. Este mismo esquema también lo pueden tener las cooperativas, asociaciones o consorcios de pequeños productores.
Lo anterior debe complementarse con inafectar del IGV a algunos productos como la quinua, la carne y el cuy; entre otros.
Las agroexportaciones se han desacelerado en crecimiento en los últimos años; sin embargo, los arándanos y el cacao son productos que pueden seguir creciendo. El acceso de los arándanos a China (que se sellará en noviembre) de la mano con el acceso de las granadas a Estados Unidos y el trabajo que ya inició el Ministerio de Agricultura para resolver los potenciales riegos a los envíos de cacao (metales pesados) son elementos de apoyo a la sostenibilidad del crecimiento de los envíos al exterior.
Lo anterior se complementa con la oferta que generarán las nuevas inversiones en Olmos (cada 10 mil nuevas hectáreas de agroexportación suman no menos de USD 200 nuevos millones en exportaciones anuales) y también lo que se nos viene con CHAVIMOVHIC III y Majes II. Esto sin mencionar a Ica cuya solución al estrés hídrico debe concordarse en lo que resta del año.
A lo anterior le debemos sumar el desarrollo ganadero que se nos viene con pastos mejorados, con genética, con desarrollo de los mercados de carne y lácteos. SENASA sigue en el empeño de abrir el mercado Chino para la leche evaporada. Nuestra declaración de país libre de Aftosa debe ser puesta en valor,
También empieza a despegar el interés privado por plantaciones forestales comerciales, aunque ciertamente hay mucho por desarrollar aún en ordenamiento territorial y definir claros espacios donde promover la inversión grande y pequeña.
Tenemos mucha expectativa por nuestro sector al 2021, hay un Estado que quiere hacer las cosas bien, políticos que suman esfuerzos desde el congreso y algunos gobiernos regionales bastante propositivos. Son buenos augurios para nuestro país, no debemos quedarnos en la coyuntura del día a día, queda expresamente prohibido des-unirnos nuevamente.