(Agraria.pe) La Asociación Nacional de Productores Ecológicos (ANPE Perú) presentó su opinión a fin de que incorporen y consideren en el Plan Nacional de Agricultura Familiar (PLANAF) 2025–2027, el Decreto Supremo que está en consulta respecto a la vulnerabilidad socioeconómica y ambiental que enfrenta la agricultura familiar en el país.
El gremio señala que el diagnóstico evidencia brechas estructurales persistentes, como el limitado acceso a recursos productivos y semillas de calidad (solo el 17.8% de las unidades agropecuarias utiliza semillas certificadas), el uso inadecuado de fertilizantes y plaguicidas (28%), y una deficiente gestión de residuos agrícolas, donde el 52.5% de productores quema o entierra sus desechos.
A ello, indica, se suma una débil articulación al mercado: más del 50% de la producción no accede a mercados regionales ni a la agroindustria, lo que limita ingresos y sostenibilidad económica.
Frente a este escenario, el gremio de productores ecológicos planteó la necesidad de fortalecer el enfoque del PLANAF priorizando la agroecología como eje trasversal para la sostenibilidad productiva, la mitigación al cambio climático y la soberanía alimentaria.
Asimismo, se propone ampliar el concepto de “semilla de calidad”, incorporando el reconocimiento y la protección de las semillas nativas y criollas, fundamentales y la agrobiodiversidad y el conocimiento ancestral de las comunidades campesinas.
El documento también destaca la importancia de promover el Sistema de Garantía Participativo (SGP) como una herramienta clave para la comercialización. De igual manera, recomienda incorporar de manera explícita la economía circular en las intervenciones del PLANAF, fomentando prácticas como el compostaje y el reciclaje de nutrientes, que contribuyen a la salud del suelo y a la reducción de impactos ambientales.
ANPE Perú subraya que la efectividad del PLANAF 2025-2027 dependerá de que estas recomendaciones se integren de forma concreta en las actividades operativas y en la Matriz de Actividades, garantizado acciones coherentes, medibles y con enfoque territorial.
“Solo así será posible avanzar hacia una agricultura familiar resiliente, sostenible y basada en el respeto al conocimiento local y a los derechos de las y los productores”, finaliza el gremio.