18 diciembre 2018 | 08:13 am Por: Edwin Ramos | prensa@agraria.pe

Sostuvo Gregorio Sáenz, vocero de Junpalma

Es injusto comparar a los palmicultores peruanos con los de Indonesia y Malasia

Es injusto comparar a los palmicultores peruanos con los de Indonesia y Malasia

Representante del gremio productor nacional señaló que cuentan con certificaciones ISO, HACCP y RSPO, a pesar de lo cual reciben ataques de grupos ambientalistas y del propio Estado. Observó que Petroperú compra una gran cantidad de biocombustible a países con cuestionamientos. 

(Agraria.pe) Gregorio Sáenz, economista y vocero de la Junta Nacional de Palma Aceitera del Perú (Junpalma), considera que su sector tiene un gran potencial para impulsar el desarrollo en el país, pero que está siendo atacado injustamente.

Durante su reciente participación en el seminario “Contribución del Autogravamen en el desarrollo competitivo del sector agrario en el Perú”, sostuvo que los productores de palma en el país cuentan con certificaciones ISO, HACCP y RSPO, a pesar de lo cual reciben muchas críticas duras de grupos ambientalistas que detienen su desarrollo.

“En 49 años, la palma en Perú tiene 90 mil hectáreas, su crecimiento promedio de 2000 a 2017 es de 4 mil hectáreas; ¿y cuánto es la tasa de deforestación promedio al año? Son 123 mil hectáreas. Entonces creo que hay que entender distinto el desarrollo de la palma y evitar magnificar pensamientos importados de Indonesia y Malasia”, dijo. 

En esa misma línea, criticó al Estado, pues consideró que también se suma a “los ataques” contra los palmicultores a través de diversos ministerios, sin considerar que la empresa estatal Petroperú es una gran compradora de biocombustible. De hecho, puntualizó, ésta es responsable del 58% de estas adquisiciones –un total de US$ 1,954 millones entre los años 2008 y 2017.  De ese porcentaje, el 72% corresponde a compras hechas a Indonesia y Malasia, países con serios cuestionamientos ambientales.

Sáenz consideró que el caso peruano es muy distinto al de dichos países, ya que los cultivos de palma aquí estarían más bien ayudando a arrebatar hasta 52 mil hectáreas al narcotráfico, a la vez que ayudarían a que el país cumpla su compromiso con la reducción de los gases de efecto invernadero con sembríos en áreas que estaban dedicadas a cultivos de alto impacto. 

“Ahora estas familias tienen otro porvenir, queremos aprovechar el potencial del Perú y disminuir su dependencia alimentaria en aceites y grasas, y diversificar el esquema energético con un enfoque en la sostenibilidad”, complementó.

Autogravamen
En otro momento, Gregorio Sáenz estimó que una propuesta de autogravamen para el agro peruano es una necesidad pues ayudaría al desarrollo sostenible de cultivos de palma, cacao, café y otros, que requieren mejorar su competitividad. 

Estimó por ello que este sistema sería una manera de capear la “muy poca presencia del Estado” en el fomento agrícola, y que países como Colombia son un ejemplo a seguir en este sentido.

“En Colombia los cultivadores de palma aceitera tienen una experiencia de 25 años manejando fondos de autrogravamen para investigación, priorizando el desarrollo agrícola, el desarrollo de mercado. Esto nos va a permitir a nosotros posicionarnos y aprovechar el potencial que tienen los cultivos en el Perú”, refirió.

Finalmente, dijo esperar que esta propuesta sea general de todo el sector agropecuario nacional y se traslade en una iniciativa de Proyecto de Ley que pueda debatirse en el Congreso de la República.